El Partido de Mar Chiquita, en la provincia de Buenos Aires, es uno de los destinos más privilegiados para el avistaje de aves en la región.

Entre humedales costeros, pastizales, lagunas, bosques ribereños y la albufera costera — única en su tipo en Sudamérica — se despliega un mosaico de ambientes que alberga más de 200 especies de aves a lo largo del año.

Desde majestuosos flamencos australes y bandadas de playeros migratorios que llegan desde el hemisferio norte, hasta especies endémicas y amenazadas como el Burrito Negruzco, este territorio ofrece oportunidades únicas para naturalistas, fotógrafos y amantes de la biodiversidad.

El avistaje de aves no solo es una experiencia estética y contemplativa: promueve la conservación, fortalece el vínculo con la naturaleza y abre la puerta a un turismo sustentable.
En Mar Chiquita, cada salida al campo es una invitación a maravillarse con el comportamiento, los cantos y los vuelos de aves residentes y migratorias, en escenarios de enorme belleza y tranquilidad.

Tanto si sos un observador experimentado como si estás dando tus primeros pasos con los binoculares, la región ofrece senderos accesibles, miradores, reservas naturales y el acompañamiento de guías locales con profundo conocimiento del ambiente.